El equipo de dirección tiene la responsabilidad de gestionar el riesgo para la entidad, pero es importante que vaya un paso más allá: debe mejorar el diálogo entre el consejo de administración y aquellas partes interesadas sobre el uso de la gestión del riesgo empresarial para así obtener una ventaja competitiva frente a las demás organizaciones.
Un buen comienzo sería implementar capacidades de gestión de riesgo empresarial como una parte esencial de la selección y perfeccionamiento de la estrategia que seguirá la empresa. Gracias a este proceso, la dirección comprenderá mejor cómo el riesgo puede influir en la elección de una estrategia u otra.
La gestión de riesgo empresarial enriquece el diálogo entre el equipo de dirección, ya que añade una mayor perspectiva sobre las fortalezas y las debilidades de la estrategia mientras cambian las condiciones y, también, sobre como encaja la estrategia con la misión y la visión de la organización. Así pues, la dirección conseguirá sentirse segura sobre el análisis de las estrategias alternativas y asegurándose de que han tenido en cuenta las aportaciones de las personas que implementarán la estrategia seleccionada.
Cuando la estrategia ya ha sido establecida, la gestión del riesgo empresarial constituye una fórmula efectiva para que la dirección desarrolle su función, siendo consciente que está en sintonía con aquellos riesgos que pueden afectar la estrategia y que los están gestionando de la manera debida.
Aplicar la gestión de riesgo empresarial en la estrategia genera confianza y seguridad en las todas las partes interesadas con el entorno actual, exigiendo así un mayor análisis sobre la manera en la que los riesgos son abordados y si se están gestionan de manera activa o no.
Antes de terminar, nos gustaría plantear algunas preguntas a los integrantes de la dirección de las organizaciones: