Por si todavía no conoces qué son los criterios ESG, estas siglas responden, en inglés, a las palabras Environmental, Social y Governance (medio ambiente, asuntos sociales y gobernanza, en español). Esto, en la práctica, se traduce en aquellos factores que hacen una organización sostenible a través de su compromiso social, ambiental y de buen gobierno. Al aplicar estos criterios en la organización, no debemos descuidar nunca los aspectos financieros.

Identificar, gestionar y medir de manera correcta los criterios ESG tiene repercusiones directas en la capacidad que tiene la empresa de recibir inversión, en su reputación y, por supuesto, en la sostenibilidad del negocio.

¿Para qué sirven los criterios ESG?

Para poder hacer una correcta gestión de estos criterios, lo más acertado es delimitar la capacidad de acción de la empresa en estos aspectos para que los inversores puedan identificar fácilmente los resultados intangibles.

Un índice claro y organizado en materia de ESG, permitirá que la toma de decisiones sea más efectiva y, además, los inversores podrán reconocer y premiar los esfuerzos de la organización.

Los criterios ESG

  • Ambientales: son aquellas actividades empresariales que tienen un impacto positivo en el medio ambiente. Estas actividades no deben ser solo de mitigación, sino que pueden tener una visión proactiva.
  • Sociales: son las acciones relacionadas con las condiciones laborales de los trabajadores y el respeto de los Derechos Humanos, así como la gestión de relaciones con la comunidad.
  • Buen Gobierno: se incluyen las cuestiones relacionadas con el gobierno corporativo de la organización, su cultura y sus procesos de gestión.

Lo que no es ESG

En los últimos años, la atención en los criterios ESG en el mundo empresarial ha aumentado de manera considerable, por lo que debemos saber qué estrategias se enmarcan en los criterios ESG y tienen un impacto social.

Para identificar si las estrategias de la organización se encuentran dentro de estos criterios, la clave está en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que fijó la ONU en el año 2015 y son imprescindibles para poder avanzar en un plan sostenible.

No obstante, no son criterios ESG:

  • Las actividades enmarcadas exclusivamente en valores de forma general. Estas actividades deben fundamentarse con indicadores específicos que muestren el valor diferencial y aporten información.
  • Los parámetros ESG deben aportar novedad y modelo de negocio, por lo que no son ESG las nomenclaturas que acompañen los procesos que ya existen.
  • Los anexos dentro de las cuentas de resultados. El enfoque de la empresa debe ser integrado y afectar de manera transversal al negocio.

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